Las personas quejicas y las que no.

Psicología para ir tirando - Ein Podcast von Nacho Coller Porta

Un encontronazo con el jefe; una pequeña bronca con la pareja (encima el otro tiene razón, y tú lo sabes); un atasco justo el día que más prisa tienes; una avería en la caldera en pleno invierno; una cancelación sine die de esa cita tan importante; pasar una mala noche, dormir poco; una carta de Hacienda con invitación a presentar papeles; un “no” por respuesta ante algo que te había ilusionado; una jaqueca de escándalo; un dolor de muelas; tu hijo pisa una mierda de perro y sin querer la pasea por toda la casa; encontrarse con una persona tiñosa y no poder deshacerse de ella; lo mismo, pero con una persona brasas; lo mismo, pero con un narcisista; descubrir que un compañero de trabajo intenta hacerte la cama con malas artes (¡ay, si al menos tuviera estilo!); encontrarte con tu ex y su nueva pareja; que te cobren más de la cuenta en un restaurante, o lo que es lo mismo, sufrir un sablazo de aúpa; quedarse sin gasolina lejos de la civilización, etcétera, etcétera, etcétera. Seguro que se te ocurren muchas más. Te dejo unas recomendaciones para superar un mal día y una cita de regalo Piensa que los nubarrones no duran indefinidamente. Más pronto que tarde vendrán momentos y días mejores. Al final siempre sale el sol, y lo hace para todos, no solo para los que se creen elegidos. Rememora otros momentos duros que ya superaste exitosamente. Hay que confiar en la experiencia: más en el “yo experimental”, y menos en el “yo pensante”. Date permiso a estar mal. Todo un clásico que solemos olvidar. Por supuesto que tienes derecho a llorar, a pasar un día en el sofá, a rechazar vida social. Pero eso sí: con fecha de caducidad. Es cierto que forma parte de la vida. Ahora sí, hay que esforzarse, tener paciencia y asumir que salir del hoyo no es fácil y exige mucho de nuestra parte. La buena noticia es que se puede. ¿Te has fijado cómo cambia el viento un día de playa? Lo que por la mañana nos resulta idílico, por la tarde es peligroso y de noche parece toda una aventura. Busca algo que te plazca, recarga la batería con tus amigos o con tu serie favorita, y recuerda: surfea. Transforma lo negativo en constructivo. Cualquier dificultad es una oportunidad de oro para aprender de los errores y una ocasión perfecta para pulirse. Recuerda que las averías del coche son engorrosas, pero reducen los accidentes. Piensa que para hacer un buen salto de longitud, los atletas dan unas cuantas zancadas atrás y toman un gran impulso. No pasa nada si pides ayuda. A amigos o a profesionales, si la crisis perdura y afecta seriamente a su salud. ¿Quién dijo que uno puede con todo? Deja que le cuiden y cuídate. Escúchate y reduce el nivel de exigencia todo lo que puedas durante un tiempo. No esperes rendir siempre igual. Pide opinión. Las personas que te conocen bien podrán aconsejarte sobre qué puede mejorar. Y ten bien presente si te parece esta máxima de Jean Paul Sartre. La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.

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