Estrategias para mejorar el bienestar
Psicología para ir tirando - Ein Podcast von Nacho Coller Porta
Nuevo podcast de Psicología para ir tirando. Algunas estrategias para mejorar tu bienestar. Las personas que se declaran felices son capaces de detectar las cosas agradables y positivas que les suceden en el día a día y bucear en ellas, y además, recordarlas. Son generosas, suelen poner el foco de atención en los sucesos positivos del pasado y del presente, y sueñan con un futuro mejor. Ríen, desdramatizan, practican un humor positivo y facilitan las cosas a los de su alrededor, y para mí, algo que es fácil de hacer y a su vez muy importante, conviven con la gratitud. Sabes que el cerebro tiende a quedarse con la información más negativa. Sin embargo, hay una forma de evitarlo. Imagínate que tienes un vaso de agua sucia en la mano y yo te lanzo la siguiente pregunta: «¿Cómo puedes hacer que el agua del vaso se convierta en agua limpia?». La única limitación que debes respetar es que el vaso esté siempre lleno de agua hasta el borde; es decir, no vale vaciarlo y volver a llenarlo, ni vaciarlo filtrando el agua. ¿Cómo lo harías? Tictac, tictac… Si quieres, te echo una mano: la solución es coger una botella de agua e ir vertiéndola dentro del vaso; a medida que va cayendo agua limpia en el vaso, va rebosando el agua sucia, de modo que la queda se va limpiando cada vez más, hasta quedar completamente transparente. Pues bien, a tu mente le pasa lo mismo con las cosas que te dices y la forma que tienes de ver la realidad. Durante el día se va llenando de información negativa ⎯pensamientos, hechos (recuerda la propensión a centrarnos en lo negativo y cómo se forman los bucles)⎯, pero tenemos una forma de expulsar toda esa basura psicológica. Se trata de introducir pensamientos más amables y positivos e invertir en experiencias positivas. Esto último es lo más efectivo: hacer cosas buenas para los demás y para uno mismo, siendo consciente de que se hacen o se han hecho, es el mejor remedio. Las experiencias positivas son un buen chorro de agua fresca para limpiar tu mente de los pensamientos sucios. Hacer, recordar y poder contarlo. ¿Cuántas horas has dedicado a reflexionar sobre ti mismo sin conseguir un ligero avance o una pequeña mejoría? Suma y sigue, y erre que erre. Y es que este cuadro es un clásico en el comportamiento humano que se representa cada vez que nuestro mundo no va como nosotros quisiéramos. Pero lo curioso es que el mundo externo no va a funcionar a toda hora como a nosotros nos gustaría, esto solo ocurrirá en contadas ocasiones, muy pocas. Y lo peor de todo, es que las reglas con las que se mueve el mundo externo son muy diferentes a nuestro mundo interior. Cada vez que en el mundo externo nos encontramos con cosas que no son de nuestro agrado podemos utilizar varias opciones para salir airosos: poner los pies en polvorosa para evitarlas, ingeniar algo para poderlas cambiar, simplemente aceptar lo que nos viene y seguir tirando, o pasar página y olvidarnos del tema. Pero ¿se pueden utilizar los mismos mecanismos si hay algo en nuestro mundo interior que no nos agrade o que nos genere sufrimiento o dolor con el objetivo que desaparezca? No, el sufrimiento y el dolor es inherente al ser humano. Parafraseando a mi colega Jorge Barraca, autor del sugerente libro: La mente o la vida, “nadie ha dado con un procedimiento psicológico ideal gracias al cual nos podemos relajar y hibernar de nuestras obsesiones y preocupaciones, o superar la tristeza todo el tiempo”.