¿Cómo se forma tu personalidad?
Psicología para ir tirando - Ein Podcast von Nacho Coller Porta
La personalidad es un grupo relativamente estable de tendencias y patrones de pensamiento, procesamiento de la información y comportamiento que cada uno de nosotros manifestamos a lo largo de la vida, que se mantiene en el tiempo y las diferentes situaciones vitales. Tu personalidad, al igual que la mía y la de cuantas personas viven a tu alrededor, se ha formado partiendo de la interacción con los distintos factores que influyen en el modo de ser de las personas. Por ejemplo, pese a haber nacido en la misma familia, los hermanos no siempre reciben el mismo trato por parte de sus padres. Dicen que el tamaño no importa, pero en este caso el orden de nacimiento sí que importa, y mucho, pues no es lo mismo ser el hermano mayor que el pequeño. Los segundos hijos suelen recibir menos atención y menos muestras de admiración que los primeros, y por lo general aprenden por sí mismos a valerse. Los pequeños, en los que se depositan menos expectativas, tienden a arriesgarse más ante las vicisitudes de la vida. Asimismo, con frecuencia adoptan el papel del divertido de la familia y, en el ámbito laboral, son muchos lo que escogen profesiones artísticas o que requieran contacto con el público. Los primogénitos, por su parte, alcanzan sus metas más a menudo que el resto de los hermanos. Un ejemplo: de los primeros veintitrés astronautas que fueron al espacio, veintiuno eran hijos primogénitos, y los dos restantes, hijos únicos (¡vaya!, precisamente los que tienen más probabilidades de conseguir los objetivos que se fijan). Los primeros hijos tienden a asumir el mando y dar la cara, de modo que muchas veces se dedican a profesiones en las que puedan destacar. Se sienten responsables de los hermanos, intentan no defraudar a los padres y, para lo bueno y para lo malo, muestran madurez y formalidad. Tras constatar que el orden de los factores sí altera el producto cuando se trata de la personalidad, es preciso tener en cuenta otros elementos de la constelación familiar que también tienen una función importante: la existencia de un hermano con minusvalías, las pérdidas, los nuevos nacimientos, el modelo de familia (monoparental, numerosa, formada por una pareja del mismo sexo) o la separación de los padres y la entrada de personas nuevas en sus vidas con las que configuran familias ampliadas con hermanastros. En la familia existen, además, dos facetas fundamentales: el conjunto de valores y creencias y el modelo de conducta que adoptan los padres mientras los hijos crecen. Los padres ansiosos reparten a sus hijos todas las papeletas para que se lleven un viaje de ida al bonito país de Easylandia; los padres demasiado críticos no favorecen que sus hijos se lancen a la aventura de vivir, pues estos temen ser reprobados dentro y fuera de la familia; los padres sobreprotectores infunden un miedo exagerado ante los avatares de la vida, generan inseguridad y dificultan la formación de una autoestima sana. Por supuesto, tampoco son todo ventajas con los padres excesivamente permisivos y acérrimos seguidores del laissez faire de Rousseau mal entendido, es decir, «el niño manda, dejadlo tranquilo». Evidentemente, la herencia biológica es un factor importante, pero no el factor determinante, al igual que las influencias sociales y culturales presentes en nuestro nacimiento y nuestro posterior crecimiento. En la formación de la personalidad intervienen dos factores más: los métodos de disciplina empleados para socializar y el significado que le damos a cada uno de estos factores mientras nos educamos y desarrollamos como persona. Este texto es un extracto del libro Vivir nunca falla, editado por Vergara y que publicamos a principios de este año 2021. Seguro segurito que con su lectura reflexionas, aprendes algunos conceptos y pasas buenos ratos. Psicología, ni más ni menos.