¿Precaución sanitaria o castigo político?

SUCHT und SÜCHTIG - Ein Podcast von John Cook und Hagen Decker

Podcast artwork

Cuando en el cambio de fase una precaución sanitaria se considera un castigo político es que algo muy profundo se ha roto. Y cuando es el primer partido de la oposición el que alimenta irresponsablemente esa sospecha, el estrago social es muy grande. Nada refuerza más a Sánchez que imaginar en la Moncloa al PP de Pablo Casado, Cayetana Álvarez de Toledo e Isabel Díaz Ayuso, es decir, al PP más pequeñito. Hay otro PP posible, ya lo sabemos: la crítica civilizada del alcalde de Madrid, Martínez Almeida, o la de Ana Pastor, o la de Alberto Núñez Feijóo lo demuestra, pero el presidente popular ha preferido ir a las cruzadas con Abascal.El Gobierno ha dado mucho material para la crítica; entre que la situación no tiene precedentes y obliga por tanto a una inevitable improvisación en la toma de centenares de decisiones, con titubeos y rectificaciones, ha añadido fallos específicos, propios; su opacidad, su equivocada interpretación de lo que significa el mando único... Esperemos que ahora proponga otro modelo de estado de alarma,  pero, entre unas cosas y otras, la oposición ha dispuesto de una amplia diana para disparar sus dardos, pero lo está haciendo de la peor manera posible: con el puro tacticismo de Casado, con la frialdad heladora de la espectral Cayetana Álvarez de Toledo, siempre encerrada en su minúsculo gran mundo y con la la inaudita ligereza Díaz Ayuso, que se atreve a erigirse en cancerbera crítica del Gobierno cuando ella, en hechos y en dichos, es una antología del disparate.