La palabra más valiosa que millares de oro y plata. Salmos 119:71-72

Descansando en Dios - Ein Podcast von Francisco Atencio

443 – Sal 119:71-72 – La palabra más valiosa que millares de oro y plata. Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos. Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata.   En el Sal 119 cada una de las 22 estrofas tiene ocho versos; se mencionan ocho símbolos para la Palabra; ocho maneras de enseñarnos lo que hace la Biblia por el creyente; y el creyente tiene ocho responsabilidades con la Palabra de Dios. La palabra “ocho” en el hebreo literalmente significa “abundancia, más que suficiente”; es el número de nuevos comienzos. Es como si el salmista estuviera diciendo: “La Palabra de Dios es suficiente. Si tienes las Escrituras, eso es todo lo que necesitas para la vida y la piedad”. Veamos los ocho símbolos para describir la importancia de la palabra de Dios. S1. Agua para limpieza (v. 9). Toda la estrofa (vv. 9-16) analiza la victoria sobre el pecado. Los jóvenes en particular necesitan aprender a guardar y a prestar atención a la Palabra para vencer la tentación. En la medida en que usted lee la Palabra y medita en ella, le limpia su ser interior, así como el agua limpia el cuerpo. (Ef 5:25-27; He 10:22). S2. Riqueza y tesoro (vv. 14, 72, 127, 162). Muchos no conocen la diferencia entre precios y valores. Su Biblia tal vez le costó muy poco, pero qué gran tesoro es. ¿Cómo se sentiría si la perdiera y no pudiera reponerla? S3. Una compañera y amiga (v. 24). El escritor era un extraño (v. 19), rechazado por los arrogantes (v. 21) y por los príncipes (v. 23), pero siempre tenía la Palabra como consejera. (Pr 6:20-22). S4. Una canción para cantar (v. 54). ¡Imagínese haciendo un canto de los estatutos-leyes! La vida es un peregrinaje; somos “peregrinos en esta tierra”, no residentes. Los cantos del mundo no significan nada para nosotros, pero la Palabra de Dios es canción a nuestros corazones por lo tanto “Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva” (Sal 146:2). S5. Miel (v. 103). La dulzura de la Palabra es como miel al paladar. Es triste cuando los cristianos deben tener “miel de abejas” de este mundo para satisfacerse. (Sal 19:10; 34:8). S6. Lámpara (vv. 105,130). Este mundo es oscuro y la única luz confiable es la Palabra de Dios (2Pe 1:19-21). Nos guía de paso en paso, conforme andamos en obediencia. En 1Jn 1:5-10 se nos dice que andamos en la luz según obedecemos su Palabra. S7. Gran botín (v. 162). Los soldados se enriquecían mediante los despojos que dejaban los enemigos derrotados. Las riquezas de la Palabra no vienen fácilmente; primero debe haber esa lucha espiritual contra Satanás y la carne. Pero vale la pena (Ef 6:10-17). S8. Herencia (v. 111). ¡Qué preciosa herencia es la Biblia! Y piense en quienes tuvieron que sufrir y morir para que podamos tener esta herencia. Sigamos revisando las estrofas 7-8-9 del Sal 119:49-72.   G. Esperanza de la palabra de Dios (Sal 119:49-56) (záin, 7) Sal 119:49–56. Declarando su esperanza en la palabra (Sal 119:49), que renueva la vida (Sal 119:50) y censura a los soberbios (Sal 119:69, 78, 85) que se mofaban de la fe del salmista y odiaban la ley (Sal 119:51-53), el poeta cantó a los estatutos divinos, en los cuales meditaba de continuo (Sal 119: 54-56). Confiemos en la palabra viva y eficaz, “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Ro 15:13).  Vivamos siempre en santidad “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,” (Tit 2:13).   H. Dios mi porción y esperanza. (Sal 119:57-64) (jet, 8)  “Mi porción es Jehová; He dicho que guardaré tus palabras. Tu presencia supliqué de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra.” (v. 57-58). Debido a que Dios era la porción del salmista, suplicó a Dios que tuviera misericordia de él “Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.” (Sal 16:5). “Clamé a ti, oh Jehová; Dije: Tú eres mi esperanza,