852 - Job. La ira y el perdón de Dios. Job 42:9
Descansando en Dios - Ein Podcast von Francisco Atencio

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852 – Job 42:9 Job. La ira y el perdón de Dios. Fueron, pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo; y Jehová aceptó la oración de Job. La sociedad actual vive en un correr desenfrenado donde la paciencia se ha perdido y las recompensas se quieren alcanzar rápidamente. Las redes sociales son uno de los principales promotores de la impaciencia y las recompensas rápidas con los “likes” o “me gusta”. Cualquier cosa que necesitamos, incluso una pareja, se consigue casi de manera instantánea por internet. Una de las graves consecuencias, es una sociedad con alto índice de niños, jóvenes, y adultos impacientes, con mayor fragilidad emocional, baja autoestima, dicífultad para adaptarse a la universidad y el trabajo, más alejados de Dios, y con mayor incertidumbre para el futuro. Esta falta de paciencia perseverante, está eliminando la historia de las sociedades anteriores, donde los hijos eran más perseverantes, íntegros e inteligente que sus padres. Por eso es de admirar la paciencia heroica, obediencia perseverante, integra de Job, con la cual logra conservar la más alta de las recompensas dadas por Dios, el título de “mi siervo” (Job 42:7-8; 1:8; 2:3). Es lo único que deseamos oír del Señor “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mt 25:21). ¿De quién es usted siervo? ¿A quién sirves con su virtud, conocimiento, bienes, fuerza? Debemos asegurarnos de alcanzar y mantener el título dado por Dios “mi siervo”. Job nos da nuevas esperanzas para seguir adelante cuando las adversidades de la vida se presentan. “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (He 12:11). 1. La ira de Dios (Job 42:7). Algunos enseñan que Dios no se enoja, pero la Biblia, AT y NT, da varios ejemplos de la ira de Dios (Nm 12-14-16-21). Jesús se enojó cuando entró al templo y vio la corrupción en este, “Y haciendo un azote de cuerdas [un látigo], echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.” (Jn 2:15-16). Dios se enojó, encendió su ira, porque los amigos de Job no hablaron correctamente de Él. “Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.” (Job 42:7). La Biblia enseña que podemos airarnos, pero no pecar, no permanecer en ella. “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” (Ef 4:26-27). Dios hace justicia al ser pacientes como Job. “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” (Stg 1:19). 2. Por qué se enciende la ira de Dios (Job 42:8). Dios da instrucciones a los amigos de Job para ser perdonados y ser salvos de su ira. “Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job.” (Job 42:8). ¿Por qué los amigos de Job estaban equivocados? Dios les dice dos veces: “no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job”. Los amigos de Job hablaron medias verdades de Dios, al reafirmar la justicia de Dios, ignoraron su misericordia y su soberanía, acusando insistentemente, que el sufrimiento de Job era por el pecado. Esto metía a Dios en un molde de cuatro paredes, ya que no siempre el pecado es la razón del sufrimiento, es una de las razones. Además, las palabras de los amigos de Job fueron duras e hiriente