768 - Eliseo y Naamán el leproso. 2Re 5:10

Descansando en Dios - Ein Podcast von Francisco Atencio

768 – 2Re 5:10 Eliseo y Naamán el leproso. Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Gastamos mucho tiempo tratando de resolver las cosas de nuestro ser exterior y dedicamos poco tiempo a nuestro ser interior. Dedicamos 5 o 10 minutos para hacer un devocional, pero tardamos una hora o más para vestirnos, la mujer con el maquillaje, etc. Dios está más interesado en nuestro interior que en nuestro exterior. EL hombre exterior volverá al polvo y el interior volverá a Dios (Ecl 12:7). Nuestra vida exterior es para agradar a la gente, pero nuestra vida interior debe agradar a Dios. El Señor conoce en detalle nuestro corazón. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” (Pr 4:23). I. UNA VIDA ARRUINADA (2Re 5:1). Naamán: (agradable, afable, favorable). General valeroso y apreciado del ejército de Ben-adad II, rey de Siria, durante el reinado de Joram en Israel. Naamán era una persona exitosa, admirado por la gente como un héroe nacional por su valentía. Tenía una relación privilegiada con el rey Ben Adad II quien le había dado un rango de privilegio. Sin embargo la vida de este gran general tenía un gran “pero”. Era leproso y tal vez podía evitar esta vergüenza ocultando su enfermedad debajo de caros y ostentosos vestidos y armaduras militares. Muchos hombres y mujeres son exitosos, y un pero mancha su vida. Buen atleta pero consume drogas. Buen cantante pero es alcohólico. Naamán al igual que en el caso el joven rico, no carecía de casi nada, pero “una cosa” le faltaba: pureza. Era inmundo. Allí donde el pecado ejerce su dominio, arroja su marchitadora plaga sobre todo el carácter; pero no es hasta que el ser humano es consciente de su presencia que desgarra la falsa paz del corazón. II. APOSTASÍA EN ISRAEL (2Re 5:2-8). Durante una invasión a Israel habían tomado cautiva a una muchacha israelita, a quien Naamán puso para que sirviera a su esposa. La muchacha contó a su ama acerca de un profeta en Israel que podía curar la lepra. Enterado de esto, el rey de Siria hizo que Naamán fuera a Joram, rey de Israel, con una carta en la que pedía la curación de su general. “Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos.” (2Re 5:5). Pensaron que la salvación divina se compra con bienes materiales. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). Cuando Naamán se presenta ante el rey de Israel este asustado e ignorando la existencia del Dios de Israel, dice: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Eliseo manda a decir al rey de Israel: “¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.” (2Re 5:8). III. RECEPCIÓN SIN PROTOCOLO (2Re 5:9-10). Naamán llega al frente de la casa del profeta Eliseo, pero este no lo recibe como él se lo esperaba. Eliseo no recibió a Naaman, con el protocolo que estaba acostumbrado a recibir, como hombre exitoso y orgulloso esperaba un trato preferencial. No extendió la alfombra roja ni tocó el himno nacional de Siria. En lugar del profeta, sale un siervo (mensajero) con una instrucción especifica: “Vé y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.” Pero Naamán no aceptó el mensaje de misericordia enviado por Dios. El profeta se mantuvo fuera de la vista para que la fe de Naamán fuera en Dios y no en los hombres. No había otro Nombre dado a los hombres por el que pudiera ser salvo (Hch 4:12). “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hch 16:31). IV. UN ESPÍRITU REBELDE (2Re 5:11-12). Cuando lo mandaron a bañar “Naamán se fue enojado” “Mas Naamán estalló en ira… se retiró airado”. BVM, BTX3 ¿Por qué este mensaje de la salvación de Dios que venía de los labios del profeta