756 - Elías, juicio para Acab. 1Re 21:21
Descansando en Dios - Ein Podcast von Francisco Atencio

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756 – 1Re 21:21 Elías, juicio para Acab. He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel. Si un tercio de los ángeles de Dios cayeron por el pecado de la ambición, ¿Cómo puede esperar el hombre pecador triunfar mediante la codicia? La malévola Jezabel llevó al honrado Nabot a una muerte injusta, para que su débil pero ambicioso marido lograra poseer su herencia. La codicia ha conducido a otros, además de Jezabel, a terribles acciones tenebrosas. El amor del mundo es tan cruel como el sepulcro. Es como abrigar en el seno una hermosa serpiente que un día clavará sus venenosos colmillos en el alma. I. El ayuno que Dios no aprueba. Acab después de escuchar el juicio de Dios fue a su casa triste y enojado. (1Re 20:42-43). Codiciando la viña de Nabot permite que su esposa Jezabel proclame ayuno para quitarle la vida a Nabot. (1Re 21:1-16). Dios a los falsos ayunos les dice: “He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.” (Is 58:4). El pueblo de Israel en el cautiverio ayunó 70 años y Dios no los escuchó (Zc 7:4-6). II. Un aparente éxito. “Y oyendo Acab que Nabot había muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jizreel, para tomar posesión de ella” (1Re 21:16). No le importaba cómo Nabot murió con tal que él obtuviera su valioso huerto. “Consigue, consigue’, por las buenas, por las malas, como sea es el credo del egoísmo con puño de hierro. ¿Y acaso son mejores los traficantes de drogas, que con su astucia y habilidad han seducido a multitudes a la perdición y a la muerte para poder quitar su dinero, la única viña que poseían? “¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.” (Is 3:11). III. Un duro mandamiento. Dios dice a Elías: “Levántate, desciende a encontrarte con Acab… y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? … En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu propia sangre” (1Re 21:17-19). Fue terrible el mensaje que Elías recibió del Señor Todopoderoso, infinito en amor y en misericordia. Dios es amor. Sí; pero Él “que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado” no arrepentido. (Éx 34:7). Acab recibe juicio divino uno tras otro, se había convertido en un traidor a Dios, perdonando al rey sirio declarado por Dios para destrucción, anatema (1Re 20:42), y ahora permite que muera el inocente y piadoso Nabot. IV. Una pregunta sorprendente. “Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío?” (1Re 21:20). El mensajero de Dios halló a Acab, como la escritura en la pared halló al sacrílego rey Belsasar (Dn 5). El pecador codicioso se encontrará de cierto con repentinas sorpresas (Lc 12:20). “Sabed que vuestro pecado os alcanzará” (Nm 32:23). Pero, ¿por qué era enemigo suyo el profeta de Dios? Pues porque estaba viviendo en enemistad contra Dios. ¿Era Elías como Pablo su enemigo porque le decía la verdad? (Gá 4:16). Si el pecador no es confrontado por el siervo de Dios, será un día confrontado por el mismo Dios. ¿Será entonces como enemigo? La luz es siempre la enemiga de las tinieblas. (Jn 3:20). V. Una respuesta directa. “Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová” (1Re 21:20). Cuando alguien se ha vendido a las obras del Diablo será “encontrado” por el juicio divino. Acab, al venderse, había apagado su conciencia, y se había convertido deliberadamente en esclavo de la concupiscencia y de la soberbia. Venderse “a hacer lo malo delante de Jehová” es una de las transacciones más culpables y aborrecibles de las que es capaz un alma humana. Pero muchos lo están haciendo a diario por codicia de ganancias deshonestas y por amor al mundo. (Stg 4:1-4; 1Jn 2:15-17).