649 - El sacerdote de Dios. Lv 8:12
Descansando en Dios - Ein Podcast von Francisco Atencio

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649 – Lv 8:12 El sacerdote de Dios. Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. El sacerdote de Dios será el intermediario, representante de Dios ante los hombres y viceversa, intemediario, representante del ser humano ante Dios. Jesucristo es nuestro sumo sacerdote que intercede por su pueblo (Ro 8:34; He 7:25). “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” (He 4:14). La consagración de los sacerdotes estuvo detenida hasta que estuviera listo el tabernáculo de reunión. En Lv 8-10 se enseña sobra la consagración e inicio de la función de los sacerdotes según el mandato de Jehová y rima de manera quiastica con Lv 21-22 que enseña sobra la santidad del sacerdote de Dios. Aarón y sus hijos representan de manera muy idónea a Cristo y a sus siervos. 1. Fueron llamados con él: “Toma a Aarón y a sus hijos con él” (Lv 8:2). 2. Estaban relacionados con él por nacimiento, “hijos”. De la misma manera hemos sido nosotros llamados en Cristo, y nacidos de lo alto (2Co 5:17). 3. Llevaban una vestimenta idéntica (Lv 8:13). La justicia de Dios que revestía a nuestro gran Sumo Sacerdote está sobre todos los que creen. 4. Estaban asociados en el servicio (Lv 8:27). Somos colaboradores juntamente con Él. 5. recibieron la misma unción (Lv 8:30). Bautizados con el mismo espíritu. Los hijos de Aarón eran todos siervos de Dios. Veamos los requerimientos para ser sacerdote de Dios y ser apto para esta sagrada obra. R1. Lavados. “Moisés los lavó con agua” (Lv 8:6). Ni siquiera se lavaron a sí mismos. Lávame Señor: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.”(Sal 51:7). Antes del lavamiento viene el desnudamiento. Toda la soberbia y la autosuficiencia son echadas a un lado porque la palabra de Dios traspasa, compunge, nuestro corazón ¿Qué haremos? (Hch 2:37). Pedir perdón a Jesucristo, “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.” (Ap 1:5). R2. Revestidos. “Moisés… les vistió las túnicas” (Lv 8:13). Adán y Eva estuvieron desnudos hasta que Dios hizo el primer sacrificio y con túnicas de pieles los vistió, revestidos, perdonados (Gn 3:21). “vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Ef 4:24; Col 3:10-14). El vestido de bodas no será comprado, sino puesto como un don, regalo de Dios, y cubiertos con la vestidura de su justicia y cantaremos en la cena de las bodas del Cordero de mil años: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.” (Is 61:10). R3. Ceñidos. “Moisés… les ciño con cintos.” El cinto habla de servicio. La imposición del cinto significa el llamamiento a una vida de servicio en la obra del Señor, Jesucristo nuestro mejor ejemplo quien: “se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.” (Jn 13:4,15). Muchos en el pueblo de Dios no están ceñidos, sus cintos cuelgan muy sueltos, se caen, tropiezan enredados con sus cintos. Cristo nos recuerda: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas” (Lc 12:35; Ef 6:14). R4. Separados. “Puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor” (Lv 8:24). Todo nuestro ser debe estar limpiado con “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1Jn 1:7), separados para Dios, propiedad de Dios, y tener acceso al lugar santisimo (He 4:16). Dios reclama para Sí a los que Él ha lavado, vestido y ceñido “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.”(He 13:12). R5. Suplió. “Y lo puso todo… en las manos de sus hijos” (Lv 8:26-27). El separado, llamado de Dios