603 - La carrera despiadada del falso éxito. Ecl 9:11
Descansando en Dios - Ein Podcast von Francisco Atencio

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603 – Ecl 9:11 La carrera despiadada del falso éxito. Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos. La competencia despiadada del falso éxito ha empezado: Levántese antes, acuéstese más tarde, convierta el trabajo en su prioridad, no sea sentimental en cuanto a tener una familia ni hijos, todo eso que espere. ¿Y la religión? eso déjelo para el final de la vida y a los predicadores. Dios recuerda al ser humano debajo del sol que “Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.” (Sal 127:2). Por lo tanto, los profesionales, estudiantes, y todo el mundo necesitan los consejos de Salomón. La filosofía de la carrera despiadada del falso éxito intentará absorbernos y convencernos de que si queremos tener éxito debemos correr más aprisa, ser más fuertes, más competitivos, más listos e incluso más manipuladores. ¡Cuidado!. No se lo crea. No caiga en tal competencia despiadada. Jesucristo advierte “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.” (Mt 15:14). 1. La habilidad humana no garantiza el verdadero éxito (Ecl 9:11). “Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.” Salomón una vez más nos habla de la poderosa y soberana mano de Dios. Lo que parece ser más veloz, tener mayor poder, y una influencia más fuerte depende de los finos hilos del tiempo y la ocasión de la soberanía de Dios. Todo está bien planificado, visualizado, y el falso éxito parece estar a la vuelta de la esquina pero de repente Dios lo cambia todo: “Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos.” (Ecl 9:12). La mano de Dios suele producir resultados contrarios a los planificados por la sabiduría humana, porque Dios “No se deleita en la fuerza del caballo, ni se complace en la agilidad del hombre. Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.” (Sal 147:10-11). 2. Mejor es la sabiduría que la fuerza (Ecl 9:16a). “Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza,” Salomón llega a la conclusión: Mejor es la sabiduría que la fuerza, luego de contar una breve parábola sobre “una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre.” (Ecl 9:14-15). Esta historia es parecida a la rebelión de Seba contra el rey David (2Sa 20). Es posible que Salomón la escuchó de su padre y la adaptó para dar esta enseñanza sobre la importancia de la sabiduría divina que es superior a cualquier habilidad humana. Job apoya a Salomón afirmando: “Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y la inteligencia.” (Job 12:13). 3. La sabiduría menospreciada (Ecl 9:16b). “aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.” Salomón continúa enseñando que el consejo sabio y piadoso del pobre es menospreciado, no goza de muchas simpatías, no suele obedecerse, y normalmente se olvida. El hombre pobre sabio no es un profesional reconocido, influyente sino nuestro propio corazón, nuestra conciencia, el espíritu humilde que tiembla a la palabra de Dios para que nos alcance la misericordia de Dios que dice: “pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” (Is 66:2).