1190 - Ezequiel 23. Las dos hermanas adulteras. Ez 23:1-4
Descansando en Dios - Ein Podcast von Francisco Atencio
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1190 – Ez 23:1-4 – Ezequiel 23. Parábola de las dos hermanas adulteras.Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.Ezequiel presentó otra parábola para ilustrar la infidelidad de Judá y la proximidad de su castigo. Ez 23 parece una repetición de la parábola de Ez 16, porque ambos capítulos tratan de la infidelidad de Judá hacia Dios. Sin embargo, en Ez 16, Ezequiel se centró en la idolatría de Judá, mientras que en Ez 23 hace hincapié en sus alianzas ilícitas con las naciones vecinas además de su idolatría. En Ez 16, el pueblo había puesto su confianza en otros dioses, en Ez 23, en otras naciones. Ezequiel compara a los reinos del norte y del sur con dos hermanas que se entregan a la prostitución. Los ciudadanos soberbios de Jerusalén se burlaron por mucho tiempo de su hermana la ciudad de Samaria, pensando que eran superiores. Sin embargo, Dios llamó prostitutas a ambas ciudades, esto fue un tremendo impacto para el pueblo de Jerusalén que pensaba que era recto. Así como el lenguaje figurado de este mensaje era estremecedor y desagradable para el pueblo, también son repugnantes nuestros pecados para Dios. “Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.” (Sal 86:11).1. Infidelidad de las hermanas (Ez 23:1-21). “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron.” (Ez 23:1-3). Dos mujeres, hijas de una madre, compartían la misma degradación moral porque fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. La referencia que hace Ezequiel a Egipto debe haber recordado a su audiencia de los orígenes de Israel como nación que se iniciaron en Egipto (Ez 20:4-12). Las dos hermanas eran muy promiscuas, sus nombres: Ahola y Aholiba. Ahola representa a Samaría la capital del reino del norte, las diez tribus del norte, normalmente llamada Israel. Aholiba representa a Jerusalén, la capital del reino del sur, normalmente llamado Judá. Esos nombres se basan en la palabra hebrea “tienda de campaña”. Ahola significa “la tienda de ella” y Aholiba, “mi tienda está en ella”. La palabra “tienda” sugiere una morada o santuario y con frecuencia se utilizaba para referirse a la morada de Dios en medio de Israel (Éx 29:4, 10-11, 30). El pecado de Ahola la mayor [Samaria] (Ez 23:5-10). Cometió fornicación con sus amantes los asirios. Su alianza con Asiria finalmente la llevó a su ruina. Durante el reinado de Jehú (2Re 10:32–34). Jehú alió a Israel con Asiria y se sometió a ella como vasallo. Los reyes Manahem y Oseas, también presentaron tributos a Asiria (2Re 15:19-20; 17:3-4). El profeta Oseas reprendió a Israel por su dependencia de Asiria y no confiar en el Señor (Os 5:13-14; 7:11; 8:9; 12:1). Finalmente, Samaria cayó ante Asiria (2Re 17:5-6, 18-20). El pecado de Aholiba [Jerusalén] (Ez 23:11-21). El juicio de la hermana mayor Ahola (Samaria) debería haber servido de advertencia a la hermana menor Aholiba (Jerusalén). Pero, Jerusalén no escuchó la advertencia porque “sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana” (Ez 23:11)
